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Patrimonio

Fisuras en la seguridad de Medina Azahara: menos vigilantes y sin cámaras de control

El robo de una basa califal del siglo X ha destapado deficiencias en la vigilancia de este enclave único en el mundo

Investigan el robo de una basa de etapa califal en Medina Azahara en Córdoba

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Piezas arqueológicas apiladas en el circuito visitable de Medina Azahara abc
Pilar García-Baquero

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El robo de una basa califal del siglo X del conjunto arqueológico de Medina Azahara fuera del itinerario visitable ha puesto al descubierto grietas en la seguridad de este yacimiento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2018 .

El caso está bajo investigación policial y ha trascendido un año después de que sucediera porque la Fiscalía de Córdoba no ha hallado hasta el momento autor conocido y ha decidido su archivo provisional a la espera de que cualqueir pista pueda reabrirlo.

Las únicas indicaciones que se dan a las puertas del centro de visitantes a través de un gráfico son que «la mochila se lleve delante« y está prohibido el uso de móviles dentro del museo, además de fumar, comer o ir en bañador. Durante el circuito visitable del yacimiento, apenas unas señales para indicar la dirección que se puede tomar y carteles con la señal de «No tocar», «no sentarse» o «no apoyarse en la barandilla».

No hay guardias de seguridad y es el personal de atención al público de la Junta de Andalucía el que «vigila» a los turistas o posibles intrusos situados en varios enclaves del recorrido con mucha mano izquierda. «Les decimos que no toquen las piedras, que no se salten los cordones de seguridad; que no cojan ningún resto arqueológico pero no podemos abrirles las mochilas, sólo invitarles en caso de que estén haciendo algo incorrecto a que se marchen», cuentan algunos de estos trabajadores a ABC durante una visita.

«Las piedras se las llevan, eso lo sabemos, es el día a día, como pequeños recuerdos, pero no podemos hacer mucho sólo si nos percatamos hacer que la devuelvan pero el problema es que hay fácil acceso desde el campo, de hecho vemos a los esparragueros agacharse tras saltarse la valla perimetral y entrar al yacimiento cogiendo espárragos«, cuenta uno de estos vigilantes de Medina Azahara.

«En esos casos, les decimos que no pueden estar ahí y que se marchen, porque además están pisando zonas que están en excavación en esos momentos por los arqueólogos», cuenta otro de estos empleados.«

«Hay veces que vemos que se han llevado una pieza por el agujero y la huella que se queda en el suelo»

Atención al público de Medina Azahara

No es el primer robo, «hay veces que sabemos que se han llevado una pieza arqueológica porque vemos el agujero y la huella que ha dejado en el suelo«, reconoce este trabajador en el recinto.

El problema explican estos trabajadores no son tanto los turistas que «los especialistas en robo de piezas arqueológicas que vienen preparados«. De hecho, la basa califal del siglo X que fue sustraída en 2021, desconociendo el director de Medina Azahara, Antonio Vallejo, cuándo se produjo exactamente el robo ofreciendo a los investigadores policiales unas fechas imprecisas entre enero y octubre de ese año, podría medir unos 60 centímetros de diámetro por unos 30 de altura y suelen ser de mármol por lo que su peso estando fragmentado podría superar los 50 ó 60 kilos, algo difícil de mover de su lugar por una sola persona sin útiles para retirarlo del lugar y trasladarlo.

Hay que añadir que el tráfico a esa zona donde se ha sustraido la basa omeya, explican estas mismas fuentes, está cortado por lo que habría que recorrer varios metros a pie o con una carretilla con ese peso hasta llegar hasta un vehículo.

De esta pieza que podría estar inventariada por el Museo Medina Azahara no han trascendido fotografías que serían muy útiles para su localización o posterior identificación de salir a subasta. Pero no es la única pieza califal procedente de Córdoba que de pronto sale a subasta como el caso de la pieza con panal de abeja, una auténtica joya, que llegó a Sotheby's con un valor de salida de más de 80.000 euros.

Con un tercio de las plazas sin cubrir

Sin embargo, en la actualidad sólo 9 de los 13 trabajadores de la Junta que se encargan de esta labor de vigilancia en el Conjunto Arqueológico de Medina Azahara está en activo. El presidente del Comité de Empresa de la Delegación Territorial de Turismo, Cultura y Deporte, José Ortega, ha asegurado a ABC que «sólo hay trabajando dos tercios de los trabajadores en plantilla, ya que dos de los puestos por jubilación u otras razones no las han cubierto ni tampoco otras dos bajas de larga duración».

Mantener a raya la seguridad de un yacimiento arqueológico abierto no es tarea fácil, reconoce Ortega. La Consejería de Cultura informaba ayer de la inminente instalación de cámaras de videovigilancia que iban a velar por la seguridad, pero aún no han arrancado los trabajos en el recinto. Lo que sí ha comenzado, y constataron fuentes de la Junta de Andalucía, es que los trabajos para trasladar piezas al Museo del Conjunto Arqueológico para su conservación y protección sí ha arrancado.

El presidente del Comité de Empresa de la Delegación de Cultura por UGT ha hecho hincapié en que en el yacimiento hay muchas hectáreas que vigilar y más aún porque «hay mucho espacio excavado, de gran valor patrimonial no abierto al público y que es muy vulnerable a los robos«.

Medina Azahra no cuenta con un mínimo de personal. «Si tuvieran su personal de mantenimieto, de desbroce, donde debería haber 9 trabajadores y sólo hay 3 plazas cubiertas de mantenimiento y jardinería, esa zona más ritirada estaría aún más vigilada y sería más segura«, aclara Ortega.

En Córdoba, la Junta de Andalucía no cubre en Cultura ni bajas ni vacantes, asegura el presidente del Comité de Empresa de la delegación de Cultura, «no somos un servicio esencial«, añade. Una de cada tres plazas en Cultura está sin cubrir, a eso añadimos las bajas vacaciones o baja de personal, falta una persona y tienen que cerraro contratar un guardia de seguridad como en el caso del Museo de Bellas Artes», concluye.

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