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EL PAÍS

Trump revoca el permiso a Repsol y a otras petroleras para exportar crudo de Venezuela

La petrolera española había reanudado la actividad conjunta con la venezolana PDVSA en 2023, con el Gobierno de Biden

El presidente de EE UU, Donald Trump.

El Gobierno del presidente Donald Trump en Estados Unidos ha notificado a Repsol y a otras petroleras asociadas con la venezolana PDVSA la cancelación de sus permisos para exportar crudo y derivados de ese país, en un paso más en sus medidas de presión hacia el régimen de Nicolás Maduro. De acuerdo a las cuentas de 2024, Repsol produjo una media de 67 millones de barriles al día en ese país y cuenta con una exposición patrimonial al país de 504 millones de euros. EE UU, por su parte, es uno de los principales mercados para la compañía española y representa en torno al 4% de sus ingresos totales.

Además de Repsol, entre las compañías afectadas están la estadounidense Global Oil Terminals, la italiana Eni, la francesa Maurel&Prom y la india Reliance Industries. Todas ellas habían recibido permisos del anterior Gobierno estadounidense, del demócrata Joe Biden, para operar con crudo venezolano en sus refinerías de todo el mundo pese a las sanciones al régimen bolivariano.

En un comunicado, Eni confirmó este domingo que ha recibido la notificación estadounidense que cancela sus licencias de exportación desde Venezuela. El gigante energético italiano “continúa sus conversaciones transparentes con las autoridades estadounidenses para identificar opciones que garanticen que suministros de gas no sancionados, fundamentales para la población, pueden ser remunerados por PDVSA”, declara. “Eni siempre opera en total cumplimiento del marco de las sanciones internacionales”.

Trump anunció hace días aranceles del 25% a todos los países que importasen petróleo y gas venezolano, entre los que se incluye España. Según la agencia Efe, la mayor parte de las petroleras habían paralizado ya la producción en el país, si bien Repsol y Reliance han solicitado autorización para operar en Venezuela. Las empresas tienen hasta finales de mayo para liquidar las operaciones en el país latinoamericano, intensificando la campaña de la Administración Trump para aislar a Venezuela. En febrero, Venezuela exportó 910.000 barriles diarios de crudo y combustible, por encima de los 867.000 de enero.

Repsol, en sus cuentas de 2024, explicaba que “ante la relajación de las medidas coercitivas de los Estados Unidos al Gobierno de Venezuela” firmó un acuerdo con PDVSA en 2023 para la empresa que comparten, Petroquiriquire, para incrementar la producción y facilitar el pago la deuda asociada a los activos conjuntos sin que le suponga inversiones adicionales para la compañía española. De hecho, la exposición al mercado venezolano es una las cuestiones sobre las que alerta el auditor en el informe financiero del ejercicio de 2024.

En ese informe, la compañía que pilota Josu Jon Imaz como consejero delegado especifica que EE UU terminó en abril del año pasado con la licencia general que otorgaba a las compañías petroleras a operar en Venezuela. También matizaba que en mayo obtuvo una dispensa especial para operar en el país. Esta ahora ha sido rebocada, según una carta enviada por la Casa Blanca a la empresa española, que ha adelantado el Wall Street Journal. Un portavoz de la compañía ha declinado hacer comentarios.

En este contexto, Repsol había disparado su negocio con Venezuela en los últimos meses. En 2024, recibió más de tres millones de toneladas de crudo de la petrolera estatal venezolana, PDVSA, el doble que el año anterior. Estas cifras hacen de 2024 uno de los ejercicios en los que más petróleo ha recibido Repsol de Venezuela en 20 años, al nivel de los números de 2015, 2014 y 2006.

Repsol también admite en este mismo informe el cambio de las reglas de juego tras la victoria de Trump en las elecciones del pasado noviembre. “Se mantiene un alto nivel de incertidumbre en relación a la política exterior que se pueda poner en marcha respecto a Venezuela. En este sentido, Repsol continúa adoptando las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones aplicable, incluyendo las políticas estadounidenses en relación con Venezuela, y está haciendo un seguimiento constante de su evolución y, por tanto, de los eventuales efectos que pudieran tener sobre dichas actividades”, reza el informe.

Trump también anunció semanas atrás la revocación de una licencia clave concedida a la estadounidense Chevron para operar en Venezuela, que tendrá que desmantelar sus instalaciones allí. Esta semana, el Departamento del Tesoro concedió una prórroga a Chevron para concluir las operaciones con PDVSA, que inicialmente debían terminar el 3 de abril pero ahora tendrán de plazo hasta el 27 de mayo, para que la compañía pueda cumplir los pedidos ya comprometidos.

Asimismo, el mandatario estadounidense emitió una orden ejecutiva esta semana que establece que Estados Unidos comenzará a imponer el arancel del 25 % a cualquier país que compre petróleo venezolano. Estas medidas multiplican la presión de Trump sobre Maduro, que el 10 de enero juró su cargo para un nuevo mandato pese a las denuncias de grave fraude en las elecciones del pasado julio. Estados Unidos, la UE y varios socios en América Latina consideran que el verdadero ganador fue el líder opositor Edmundo González Urrutia.

Trump también critica al régimen chavista la falta de progresos en la aceptación de migrantes irregulares venezolanos interceptados en Estados Unidos, y le acusa de haber enviado a Estados Unidos a miles de miembros de la banda Tren de Aragua, a la que la Administración republicana ha incluido en la lista de organizaciones terroristas extranjeras. “Venezuela ha enviado a propósito y bajo engaño, en secreto, decenas de miles de delincuentes de gran peligrosidad y otros, muchos de los cuales son asesinos y gente de naturaleza muy violenta”, escribía esta semana en su red social, Truth.

Cerca de una cuarta parte de la población venezolana, casi ocho millones de personas, han abandonado su país para huir de la represión y la crisis económica del régimen chavista en los últimos doce años. La mayor parte se han instalado en otros países de América Latina. Según el censo más reciente casi un millón de venezolanos viven en Estados Unidos.







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